El segundo cuento de la semana se titula: Vivir Feliz con la Naturaleza. Inspiración de la maestra Yaniled Calderón y sus alumnos de la Escuela Roberto F Chiari.

Vivir Feliz con la Naturaleza

Hace muchos años existió una niña llamada Rachel, era la menor de tres hermanos varones, la única niña de la familia.

Rachel era muy alegre, cooperadora y creativa con sus cosas, era la niña de papá y mamá.

A ella le importaba mucho el ambiente, siempre procuraba no tirar basura, ni quemarla porque contaminaba el ambiente.

A sus hermanos no les importaba lo que Rachel pensaba sobre el ambiente veían que era algo imposible, que el planeta colapsara por quemar una botellas de plásticos o quemar alguna basura. Ellos continuaban haciendo caso omiso a las súplicas de Rachel de no tirar basura, gastando agua o quemando.

Hasta que un día en el pueblo que vivían se liberó una enfermedad a causa de la contaminación ambiental, el agua se iba y duraba días sin regresar, el aire era negro, el agua de los ríos estaba sucia, mucha gente murió a causa de la enfermedad.

Se desató una plaga de mosquito ya que las personas no cuidaban y tiraban toda clase de plásticos que se convirtió en criadero de mosquito. A la familia de Rachel no le quedó de otra que mudarse a la capital.

En la capital…

Al llegar a la ciudad no encontraban lugar donde hospedarse ya que todo estaba ocupado, durante un tiempo vivieron con un señor que le vio la desesperación al papá en no conseguir lugar para dormir el señor era muy generoso y les dio que mientras encontraban algo se quedaran en su humilde casita.

El papá salía a buscar todos los días trabajo y no conseguía nada lo poco que tenia se fue acabando hasta llegar el extremo de pedir limosna para poder llevar algo de sustento a la familia, después de un tiempo el papá logró que lo contrataran en un restaurante como lavaplatos no ganaba mucho pero peor era nada.

Ahorraron y pudieron alquilar un apartamento donde la renta era de 35.00 balboas mensuales, le dieron las gracias al señor por tan noble gesto en dejarlos que vivieran en su casa durante ese tiempo.

El papá fue trabajando y ahorrando hasta que completo para comprar una pequeña casita, donde los niños pudieran jugar e ir a la escuela.

Los niños varones seguían igual como en el pueblito tirando basura dejando las llaves de los grifos abiertas en la escuela, Rachel los aconsejaba pero no hacían caso todos los niños de la escuela eran iguales no les importaba.

La directora llamaba la atención junto con los maestros y llamaban a los padres de familia a jornadas de limpieza y nadie asistía. Un día llegó el Ministerio de Salud, encontrando criaderos de mosquitos y le pusieron una multa.

Rachel siempre aconsejaba a sus compañeros y amigos en no ensuciar el medio ambiente, pero a nadie le importaban los niños decían que para eso estaban los trabajadores manuales y los maestro para que limpiarán, que ellos no tenían por qué limpiar ni recoger basura.

Un día Rachel pide a Dios nuestro Señor que la ilumine en buscar una estrategia para apoyar a la escuela y no ver su escuela contaminada.

Conversando con los docente y la directora Rachel sugiere crear un programa de reforestación y reciclaje en la escuela donde todos los niños y miembros de la comunidad participen. La directora ve bien la propuesta de Rachel y crearon el programa.

Trajeron personas que capacitan a los docente y miembros de la comunidad en hacer hermosos adornos con material reciclable y justo estos a su vez capacitaron a sus hijos y alumnos y se motivaron en tener sus casas y la escuela limpia y adornadas, toda persona que pasaba por los alrededores de la escuela tenían algo que comentar en cuanto a la creatividad de todos los niños en hacer bellos arreglos de algo que para otros no servía.

Rachel se sintió feliz de ver cómo las personas habían aprendido a Vivir Feliz con la Naturaleza, reciclar y a tener nuestro ambiente agradable para nuestra salud.